Un grupo de 90 familias de niños autistas y con síndrome Asperger luchan denodadamente por romper los mitos que hay sobre esta alteración neurológica y conseguir con ello que la comunidad educativa y la sociedad integren más a estos niños, cuyo principal problema no es su autismo sino su rechazo social debido al desconocimiento que hay sobre este trastorno.
Para conseguir sus objetivos en diciembre de 2011 crearon la Plataforma de Familias de Alumnado con Transtorno de Espectro Autista del Principado de Asturias, un colectivo horizontal, participativo, abierto y que no quiere subvenciones para mantener su independencia y cuyo campo de trabajo es sobre todo el educativo. En su “manifiesto” recogieron la esencia de su lucha:
“El futuro de nuestros hijos, su grado de autonomía y su calidad de vida dependerá de una atención educativa centrada en su persona que implique la participación y coordinación de docentes, profesionales, familia, porque cada niño con TEA, con sus dificultades y sus distintas capacidades, tiene derecho a aprender y a avanzar como el resto de los niños”.